La fama, la atención y los regalos: cuando el poder se te va de las manos
Como ya hemos visto, el “influencer marketing” mueve cifras
millonarias no solo a nivel nacional, de ahí que quepa plantearse cuánto poder
tienen en sus manos estas celebridades. Este “varía en función del número de
seguidores que tienen en las redes sociales, admiradores incondicionales que
ven, comentan y difunden también todo lo que hacen, además de convertirse en
potenciales compradores y usuarios de todo aquello que promocionan” (EFE
Madrid, 2019). Podríamos decir que su poder no es suyo como tal, sino que se lo
otorgan sus seguidores y, en consecuencia, las marcas que quieren trabajar con
ellos. Esto deriva en que a algunos grandes influencers se les “haya subido un
poco la fama a la cabeza”, lo cual les ha llevado a creerse capaces de realizar
actos cuestionables sin temer las consecuencias.
Algunos ejemplos al respecto podrían ser Mike y Heather
Martin, que perdieron la custodia de sus hijos por ser acusados de maltrato
infantil por las “bromas” a las que les sometían y grababan para YouTube. También
está el caso de Logan Paul, que viajó a Japón y mostró en un video el cadáver
de un hombre que se había suicidado en Aokigahara en el conocido como “bosque
del suicidio”, algo que fue considerado inapropiado y de muy mal gusto que le
hizo perder toda la reputación que había podido tener. Por último, podríamos
mencionar a Elle Darby, protagonista de la noticia que hemos empleado como
punto de partida, que escribió al hotel The White Moose Café para hospedarse
gratis a cambio de difusión (Flores, 2018). Esto nos muestra que, si bien es cierto que los influencers tienen un gran poder, en verdad este recae sobre su audiencia y sobre las marcas que se interesan por ellos.
¿Qué lleva a alguien a pedir alojamiento gratuito a un hotel
a cambio de mencionarles en sus redes sociales? Esta es una de las
consecuencias que está provocando el fenómeno influencer y que se está viendo
alimentado por titulares de prensa como los siguientes:
Nos hemos acostumbrado a ver en Instagram y YouTube
contenido en el que estos influencers nos muestran los “regalos” que les hacen
las marcas por ser quienes son y tener los seguidores que tienen. Si bien es
cierto que en muchos casos se trata de campañas pactadas, en otros casos estos
influencers muestran a sus seguidores productos que reciben y de los que dicen
“no haber esperado” o que “la marca no les ha pedido que los muestren”. Esto es
probablemente lo que esté promoviendo esa actitud de muchos usuarios, no solo
influencers, de exigir un producto o servicio de forma gratuita a cambio de
“promoción”. Si bien es cierto que no todo el mundo lo hace, “los peores
imfluencers consiguen superficialidad y un único objetivo: vivir a cuerpo de
rey a cambio de ser unos grandes mercaderes en un universo en el que la calidad
se confunde con la cantidad de followers que acumulan” (Vázquez, 2018).
Ejemplo de vídeo de regalos de marcas por ser “influencer” . Disponible en: https://youtu.be/0pQ_OX9qcj0
Repercusión de todo esto en los más jóvenes
Otra consecuencia de esto afecta a los más jóvenes. Según la
XIV Encuesta Adecco ‘¿Qué quieres ser de mayor?’, “los niños han confirmado con
sus respuestas que quieren ser youtubers. Un 6,1% de los niños varones
entrevistados prefieren ser creadores de contenido para YouTube frente a otras
profesiones presentes en el ranking: futbolistas (18,9%), policías (9,7%) y
profesores (7,1%)” (Marketingdirecto.com, 2018). El hecho de que los niños y
adolescentes se planteen ser YouTubers está generando una tendencia de abandono
o planteamiento de abandono de los estudios que es preocupante, ya que
consideran más atractivo hacer lo que hacen sus ídolos que estudiar. El
influencer Ismael Prego (Wismichu) hablaba sobre este tema y sobre sus causas y
los peligros que conlleva en un vídeo de su canal de YouTube:
Mamá, quiero ser youtuber
Los niños y adolescentes son un sector muy amplio de la audiencia de los influencers y son los más susceptibles de ser influidos. Es normal que quieran imitar a sus ídolos, y si ven el los youtubers que abandonan sus estudios por subir vídeos de cómo lo pasan bien con sus amigos jugando a videojuegos, lo más probable es que se planteen el abandono escolar para dedicarse a esta profesión que no es tan idílica como aparenta. Debemos reflexionar todos en este aspecto, pues el futuro de la sociedad está en manos de esas generaciones.
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